"Se diría que era inimaginable que la presidenta del Parlament, persona de formas prudentes de amable gesto en el cuerpo a cuerpo institucional, acabaría no sólo defendiendo el radicalismo independentista sino, además, lo acabaría coliderando, e incluso lo haría en su vertiente mas barriobajera: la del insulto xenófobo a los que no eran…"dels nostres""...
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